La Ballena
La figura de una ballena de madera se planta en un terreno de 1000m2 para darle contención a este original restó que debe su nombre, y diseño a los restos fósiles de una ballena azul hallada hace 16 años en la zona. La obra del arq. Pablo Vodopivec contempla un interior marcado por los techos que se curvan y los ojos de buey a modo de ventanas. Cocina de autor, confortables livings y un ambiente divertido completan la propuesta.
Cocina fusión:
El chef Ricardo Coghlan Jantus presenta una carta bastante variada y como entrada recomienda: la ensalada verde con cítricos, sésamo y vinagreta de mostaza y miel; o el salmón ahumado con cheese de alcaparras y hojas verdes.
Para el plato principal: sorrentinos de calabaza y ricota ahumada con mollejas crocantes a la manteca y vino blanco; o el pollo al curry, leche de coco, limas, castañas de cajú y arroz aromático “thazmin” son una buena elección.
¿Qué hay de dulce? Una original marquise de maracuyá sobre base húmeda de chocolate o, para los mas clásicos, un volcán de chocolate con salsa de frutos rojos y helado de crema americana.
Especialidades & naturaleza:
El trago de la casa es el Frozen de frutilla, jengibre y lima o el de maracuyá. En la carta de vinos, de la Familia Cecchin, puede ser Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah o Carignan ($39), Cavas de Crianza Malbec ($49) o un Trapezio tinto ($42).
Las paneras desfilan con panes de campo saborizados, la música que acompaña es más que nada rock & pop (nacional e internacional) y de noche la iluminación es tenue (de día es muy luminoso).
Como último detalle, el restaurante tiene una pantalla plana con recitales y documentales sobre la naturaleza.